Por María Fernanda Sinche
Estudiante de Derecho en la PUCP
“Cada Ave María es un nuevo latido de un corazón enamorado”, así fue nuestra experiencia en el caminar, tanto estudiantes, egresados, docentes y administrativos de la comunidad PUCP, permeados por momentos de canto, reflexión y oración a lo largo de la Peregrinación Mariana, en un día tan especial como fue el día sábado 13 de mayo del presente año. Esta bella iniciativa de fe ha sido organizada por el Centro de Asesoría Pastoral Universitaria. Iniciamos en la Puerta Principal de la PUCP donde nos hemos congregado como creyentes deseosos de hacer acto público nuestra fe y amor mariano, animados con instrumentos musicales y algarabía juvenil, dispuestos a seguir los pasos de María Virgen.
Las banderolas, con nuestro lema: “Con María, caminamos juntos desde una mirada de fe” y la imagen de María flameaban al son del viento y de las canciones que se entonaban con viva voz. Así, acompañados en sintonía de amor a Dios y a María Santísima, hemos contemplado los cuatro misterios del Santo Rosario.
Hemos hecho un alto prolongado en la Plaza de la Bandera de Pueblo Libre, donde un grupo de jóvenes, representantes de distintas áreas juveniles: Comunidades, Misiones Universitarias, Arte y Espiritualidad, nos han compartido la reflexión sobre cómo Dios pone los ojos de misericordia en las mujeres que sufren marginación, pobreza y atropellos en sus derechos fundamentales; al mismo tiempo, este grupo de jóvenes nos deleitaron con una coreografía artística del Himno de la JMJ Lisboa 2023, haciendo referencia pública a la delegación que nos va representar en tan magno evento eclesial a nivel mundial.
Es así que a partir de esta mirada creyente de los jóvenes y adultos se percibió un encuentro cercano con nuestra madre en donde las oraciones se volvieron más solidarias porque cada peregrino veía en cada mujer a María y se sentía motivada a reflexionar sobre las dificultades que las mujeres encuentran en la sociedad.
Al llegar al distrito de Breña, ingresamos con emoción y fe al santuario de María Auxiliadora, listos para coronar nuestra peregrinación con la celebración Eucarística, animada por el Coro CAPU, dando gracias a Dios por los milagros que va obrando en nuestras vidas, pidiendo también la gracia de ser como María, que lleva en sus brazos y en su corazón al Hijo del Dios para dar a la humanidad.
Al final recibimos la tan esperada bendición de María Auxiliadora. Realmente hemos experimentado el amor de Dios, caminado con María, todos como hermanos y hermanas, ahora nos toca compartir este amor en el día a día de nuestras vidas como lo hizo María.