Por Bruno Cordova
Integrante de Experiencias Solidarias
Hoy fuimos solidarios con nosotros mismos, mañana lo seremos para el mundo entero.
Hoy reconocimos que la vida se ve y aprecia mejor en armonía solidaria en comunidad.
Hoy conseguimos entonar nuestros corazones al unísono y pudimos contemplar que nuestras diferencias son nuestros pilares Iglesia que Jesús busca.
Logramos aprender valiosas lecciones a través de lo más simple: la escucha y empatía hacia los demás.
Hoy nos vimos reflejados en cada juego realizado, cada gesto compartido, cada palabra o frase recibida que siembra el Espíritu Santo.
Hoy transformamos historias.
Hoy sembramos recuerdos.
Mañana cosecharemos un mundo mejor.
Y así culminamos nuestro ciclo de Experiencia Solidarias al modo de Jesús, con este bello encuentro contemplativo, que unió corazones y sueños, para seguir proyectando el Reino como Iglesia viva que somos.
