Por Fiorela Prado
Estudiante de Ingeniería Industrial PUCP
Llegó el día esperado, es domingo 23 de abril, siendo las 8:00 a.m., el punto de encuentro es la puerta principal de la Pontifica Universidad Católica del Perú. Los jóvenes que se han inscrito para esta salida misionera han llegado muy puntuales, con semblante lleno de alegría y entusiasmo, para algunos era su primera salida en misión, para otros el primer encuentro con los niños y niñas de las ollas comunes, pero sin lugar a dudas un día extraordinario para todos, lleno de experiencias.
¿Cuál era el objetivo?, entregar útiles escolares a 132 niños y niñas de 6 a 12 años que pertenecen a cuatro ollas comunes. Se logró comprar los útiles escolares gracias a la campaña de la Cuaresma Solidaria promovida en la comunidad PUCP, donde contribuyeron administrativos y docentes PUCP.
Los niños y niñas pertenecen a las ollas comunes que acompaña el área de Misiones Universitarias: Madres Guerreras, San Antonio de Padua, Las Colinas y Campamento de Dios del AA.HH. Juan Pablo II 3ra etapa del distrito de San Juan de Lurigancho.
Durante el viaje, los misioneros de la comisión “Animación y Espiritualidad” ensayaron cantos y dinámicas para enseñar a los niños y niñas amenizados por el ritmo del bombo y pandereta.
Al final del viaje en bus, se inició la caminata cuesta arriba, era un día caluroso, pero ello no fue un impedimento para los jóvenes que, con deseo de servir, entusiasmo y fervor, continuaron cantando cada vez más fuerte para que los niños de la zona sepan que “ya llegaron los misioneros”.
Al llegar al lugar, en menos de 10 minutos y con los niños y niñas más que felices, empezaron con los cantos, las dinámicas y el momento de oración, mientras la comisión del armado de los kits comenzó su labor. Llegado el momento, los jóvenes entregaron a cada niño o niña un kit de útiles escolares; en el rostro de los niños y niñas, se podía notar la emoción, alegría y gratitud cuando recibían su kit, pues como dijo uno de los niños al momento de expresar el agradecimiento: “… con estos útiles podemos ir felices a la escuela, hacer nuestras tareas y aprender con más ganas…”.
Al final de la jornada, se compartieron las experiencias vividas entre misioneros con la presencia de las asesoras, algunos expresaron su alegría de haber observado a los niños participando activamente de las dinámicas, otros hicieron referencia a las expresiones de gratitud y cariños que han recibido de parte de los niños, haciendo mención el pasaje bíblico “Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos” (Mt. 19,14).
Agradecidos con Dios por permitir que todo haya salido bien en ese día, los jóvenes partieron rumbo a casa, expectantes de la próxima salida en misión para volver a compartir con los niños y madre de las Ollas Comunes.
Mi nombre es Fiorela Prado, estudiante de Ingeniería Industrial en la PUCP, y me siento muy agradecida con Dios por brindarme la oportunidad de poder participar y animar experiencia de servicio social en donde puedo confirmar que el servir y dar son las cosas más maravillosas que una persona puede experimentar, porque hemos sido creados para dar. Me siento plena al escuchar las palabras de los misioneros y espero que muchas más personas puedan experimentar el sentimiento inexplicable que surge al apoyar a quién más lo necesita.